Variabilidad Frecuencia Cardíaca

Escucha a tu corazón: la variabilidad de la frecuencia cardíaca

El sistema nervioso autónomo (SNA) es la parte del sistema nervioso que controla procesos involuntarios del cuerpo como el latido del corazón, la presión arterial, la digestión, la frecuencia respiratoria, etc. Así, cualquier trastorno sobre él conllevará una afectación de cualquier órgano o funcionamiento de los mismos. Este SNA es susceptible a los cambios externos al cuerpo y tiene dos tipos de respuesta sobre el organismo. Una, estimulando (activando) los órganos a través del SNA simpático. Y otra, inhibiéndolos (desactivándolos) a través del SNA parasimpático. Por lo tanto, podemos decir que el SNA simpático prepara al organismo para situaciones estresantes o de emergencia (por ejemplo con una sesión de ejercicio físico) y el SNA parasimpático hace lo contrario, relaja el organismo (por ejemplo con una sesión de meditación), lo conserva y lo restaura.

La variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) es una medida que aporta mucha información sobre la salud de una persona y lleva muchos años utilizándose en el campo de la medicina, pero que en los últimos años ha tenido mayor atención en el campo de la actividad física y del Fitness. Y es que este dato nos aporta datos muy interesantes para conocer el estado de nuestro SNA y, a su vez, nos ayuda a monitorizar las adaptaciones individuales al entrenamiento (Hautala et al., 2009; Buchheit et al., 2007).

En este sentido, se ha observado que un exceso de carga de entrenamiento, así como los procesos ligados al sobreentrenamiento, podrían reducir la VFC (Hynynen et al., 2008; 2006; Bosquet et al., 2008), mientras que las adaptaciones positivas al entrenamiento y la mejora en la condición física a largo plazo se han asociado a aumentos de la VFC (Lee et al., 2001; Mourot et al., 2004; Vesterinen et al., 2013; Atlaoui et al., 2007). Esto se debe a que, aunque una sesión de entrenamiento provoca un estrés y una activación predominante del SNA simpático (se reduce la VFC), este efecto es transitorio (o debería serlo) y, tras la recuperación, la predominancia del control de los órganos autónomos pasa a ser del SNA parasimpático (aumenta la VFC) y se genera el estado de bajo estrés y de recuperación deseado. Además, en términos de salud nos interesa también que nuestra frecuencia cardíaca diaria sea lo más variable posible la mayor parte del tiempo, ya que un corazón muy regular (es decir, muy activo y con baja variabilidad) está asociado a largo plazo a padecer múltiples problemas serios como enfermedad coronaria (Liao et al., 1996; 2002; Buccelletti et al., 2009), síndrome metabólico (Liao et al., 1998; Seyd et al., 2012), diabetes (Schroeder et al., 2005), cáncer (Walsh & Nelson, 2002; Hook-Kim et al., 2010), ansiedad (Chalmers et al., 2014; Kemp & Quintana, 2013), depresión (Kemp et al., 2010; Brunoni et al., 2013) y mayor mortalidad (Seccareccia et al., 2001; Dekker et al., 2000; Tsuji et al., 1994). Por todo esto, la VFC puede ser una herramienta muy útil para valorar las adaptaciones individuales al entrenamiento (Buchheit et al., 2011; Manzi et al., 2009; Portier et al., 2001; Iellamo et al., 2002):

  • VFC Alta: Puede que tu cuerpo esté recuperado y preparado para cargas intensas de entrenamiento.
  • VFC Baja: Puede que tu cuerpo no esté recuperado, por lo que hay que ser prudentes y dejar un mayor tiempo de recuperación o mesurar las cargas de entrenamiento (no añadir mucha carga).

Sin embargo, además del ejercicio físico, existe una gran cantidad de factores que pueden alterar la VFC (Frenneaux, 2004), como por ejemplo la genética, el estrés, el sueño, los ritmos circadianos, la respiración, el género, la edad, el peso, la nutrición, ciertas patologías… Es por ello que una reducción puntual en la VFC no siempre va a significar con seguridad una mala asimilación de las cargas de entrenamiento. Por ello hay que controlar todas las variables que podrían afectarla y ser prudentes en su uso y valoración.

Hoy en día, con la tecnología de los nuevos smartphones, un pulsómetro y cualquier aplicación existente en el mercado que analice la VFC, se puede realizar un seguimiento a las personas que realizan actividad físicade forma frecuente, fácil, rápida y con bajo coste.

Si quieres conocer más acerca de la valoración de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, así como el control de la fatiga y la recuperación utilizando este método, puedes inscribirte a nuestros cursos de Fitness en www.feda.net/cursos

Javier Alonso Álvarez

Doctorando en Ciencias del Ejercicio y Salud
Técnico Superior FEDA en Fitness y Entrenamiento Personal
Máster en Rendimiento Deportivo y Salud

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